29 de enero de 2012

Me vas a echar de menos cuando veas la lluvia y no esté junto a ti.
Y buscarás mi mano para apretarla fuerte y vas a mal decir.
Me vas a echar de menos cuando te sientas solo en brazos de otro amor y sepas que aun existo y que vivo mi vida o a lo mejor ya no. Y me estaras llamando, cada 26 de Agosto y diran que no hay nadie que estoy lejos de aqui y te pondras muy triste, pensando en lo que hiciste y no podrás fingir.
Me vas a echar de menos cuando tu suerte cambie y algo te salga mal y no me tendrás cerca para decirte : calma todo se arreglará.
Me vas a echar de menos cuando llegue la noche y te acuerdes de mi y lloraras de rabia de pensar que fui tuya y tanto que lo fui. Y querras olvidarme, y no me olvidaras y vendras a buscarme, y no me encontraras y hasta en tus ratos buenos,me vas a echar de menos y cada dia, mas.





25 de enero de 2012

casualidad

Casualidad encontrar aquellos viejos peluches de cuando era niña. Escuchar la canción que me hacía saltar de la cama y correr hacia el televisor en un bar que no frecuento. Que un viejo amigo me devuelva una agenda con dedicatorias que ni recordaba tener. Casualidad ver a aquel compañero de clase cruzando la calle y me mirase como si le sonara de algo. Encontrarme con poemas que escribí hace años mientras hacía limpieza. Descubrir que no eres la única a quien algo le parece absolutamente genial. Encontrar café hecho. Un beso de buenas noches en la frente cuando no podías conciliar el sueño. Un estúpido buen plan por que alguien soltó la chorrada de turno.
Sonríes.


¿Fue casualidad? Si, pero también podemos llamarlo maravilloso.

22 de enero de 2012

.*.

Dicen que al mal tiempo buena cara, que después de la tormenta siempre viene la calma, pero que al final y al cabo las cosas nunca cambian. Que todo lo que sube baja, pero que agua que pasa no mueve molinos, también dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad , pero que las segundas partes nunca fueron buenas ; que quien tiene boca se equivoca y que rectificar es de sabios. Que querer es poder y hace más quien quiere que quien puede, pero quien todo lo quiere todo lo pierde, además que de donde no hay no se puede sacar. Que quien la sigue la consigue. Que todo lo que escuece cura. Que no hay más ciego que el que quiere ver, que a palabras necias oídos sordos pero que a buen entendedor pocas palabras bastan. Que la confianza da asco y que quien no corre vuela , que ya sabíamos que las apariencias engañan y que no todo lo que reluce es oro, y ya te digo que quien avisa no es traidor, pero que si te he visto no me acuerdo.






13 de enero de 2012

Fragmento: Si tú me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven

Me daba la sensación de que aquella anciana leía mis pensamientos, o eso parecían indicar aquellos ojos que me observaban con tanta atención... Sabía que había mucha sabiduría en ella, y lo mejor era que deseaba compartirla conmigo.

-Lo que te diré... -comenzó en un tono excesivamente bajo, tuve que acercarme mucho- lo que te diré tan sólo te servirá si te lo tomas como norte de tu vida. Si lo mezclas con otras filosofías o principios, no conseguirás nada.

Asentí obediente.

-Son sólo dos conceptos. -Su tono se elevó, pero ya no quise apartarme de su vera-. Por un lado, recuerda algo tan sencillo como que querer es siempre más valioso que que te quieran. Querer mueve y detiene mundos. Que te quieran si tú no quieres, te acaba aletargando.

Hizo una pausa mientras amanecía en Capri. No intenté ni siquiera asimilarlo. Toda la vida me he dejado querer, y quizá aquello era insuficiente.

-Lo segundo y más valioso para llevar tu vida adelante es que debes darte cuenta de que nos hemos pasado la vida desde pequeños respondiendo a la pregunta "qué me gusta". Qué me gusta de comida, de ropa, de juguetes, de estudios, de trabajo, de amistad, de amor, de sexo...
Y ese "qué me gusta" marca nuestro mundo. Da la sensación de que si nos gusta algo es un indicador de un rumbo o un deseo, y debes saber que no.
Lo que nos gusta no es nuestro camino, ni tampoco lo que no nos gusta. A veces el rumbo puede estar en lo que nos provoca indiferencia, en aquello que no nos apasiona ni aborrecemos.
Entiende esto... Has de confiar en ti, no en lo que crees que te gusta a ti... La senda no la marca lo que te gusta a ti, sino que la marcas tú...

Después de aquello volvió a abrazarme y se marchó hacia la casa, tarareando "Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven". Se encendió un cigarrillo de camino y os juro que me recordó a aquella mujer del casino que amó el Sr. Martín... Se parecía... Desde lejos y desde cerca... Quizá era ella...

Supe que sus dos consejos marcarían mis próximos años; aunque no tenía prisa en ponerlos en práctica. Antes deseaba ver aquel amanecer nuboso en Capri y lentamente ir decidiendo mi ruta, mi camino, mi senda...